![]() |
Trujillo, 19 de marzo de 2017 (Foto: Johnny Aurazo / El Comercio) |
En el fenómeno de El Niño de
1997-1998 ya lo habíamos sufrido también, es decir todos sabían de las graves
consecuencias que deja “San Ildefonso” a su paso pero todo hace indicar que
nadie tomó como un aviso tal efecto y que este año vuelven a atentar contra la
vida y la salud de miles de trujillanos con el desabastecimiento de agua
potable que continúa y seguirá por algunos días más.
El Proyecto Especial Chavimochic
(PECH) opera y mantiene la Planta de Tratamiento de Agua Potable que se
abastece con agua del río Santa y lo vende tratada a SEDALIB, que a su vez nos
vende a todos en las casas, que este sea el mecanismo correcto, es motivo de
otro análisis, pero hoy por hoy el sistema está así. El PECH no tuvo en stock
ninguna tubería adicional para poder responder de inmediato ante una
contingencia en los más de 17 kilómetros pasando por el río Moche, que dicho sea de paso abastece el 51 por ciento del líquido
potable que consume la ciudad. Es decir, no tienen por qué responsabilizar a la
comercializadora, porque es compromiso de la proveedora, entregar el
agua tratada en los reservorios de SEDALIB.
Me puse a buscar si SEDALIB,
la empresa que nos cobra por el servicio de agua estudió las contingencias y que
proponía hacer; ohhh!!!, sorpresa, si lo tiene, pero de ahí a la práctica
estamos viendo mucha distancia.
![]() |
Carátula del Estudio (2015) |
En el año 2015, el directorio de
la empresa que presidía el ingeniero José Landauro Valentini y
gerenciaba el economista Carlos Venegas Gamarra, avalan un estudio de 119 páginas denominado Plan de Emergencia y Mitigación de Desastres
SEDALIB S.A., que lo ejecutó la Oficina de Cooperación Técnica y Mitigación
de Desastres SEDALIB S.A., donde luego de enumerar las causas de un Fenómeno El
Niño indican que los efectos, sumados a los originados de la actividad
cotidiana con una red antigua, infraestructura colapsada y otros más… “conforman un cuadro de riesgos que tornan
los servicios de saneamiento, en críticos y altamente vulnerables”.
“Estas situaciones obligan a SEDALIB S.A. a prepararse para hacerles
frente con oportunidad y eficacia, ejecutando Medidas de Prevención para una acción
rápida ante la ocurrencia de un evento, reforzando tanto las estructuras como
la propia organización.”
Y concluye indicando que el
Plan proveerá de respuestas suficientes “para
minimizar los impactos de las situaciones de emergencia y desastre, garantizando
a los habitantes una atención eficaz durante la emergencia y una rehabilitación
rápida luego de la misma. La ocurrencia del impacto de un siniestro de mayor
alcance implicará fuertes racionamientos de los servicios en grandes áreas de
las ciudades, con el consiguiente impacto en la salud de la población, en el
mantenimiento del orden
civil y en la imagen institucional.”; y dos años después
estamos viendo los efectos de lo que ellos mismos analizaron porque no cumplieron con la
parte de prevención.Papel aguanta todo
Pero desmenucemos en algunos ítems
el Plan de Emergencia 2015. En la página 56 indican la necesidad de un sistema
de drenaje en las localidades donde la empresa presta el servicio y por ende
usan las alcantarillas para evacuar las aguas que hace colapsar el sistema.
También describen que un
promedio de 70 equipos de bombeo para extraer agua de los pozos ya estaban
obsoletos a esa fecha, y que 26 pozos de los 53 activos necesitaban hacerse mantenimiento
para afrontar un fenómeno extraordinario como el que acabamos de pasar y al
parecer nada de estas recomendaciones se cumplieron a cabalidad.
Pero la descripción lleva a
conocer algo más grave aún, el 61,5 por ciento de los colectores de Trujillo
tiene más de 50 años de antigüedad, cuya cifra en el distrito de Victor Larco
se incrementa al 68 por ciento; es decir un sistema vetusto y antiguo, cuya
vida útil ya cumplió y su rendimiento se reducen a porcentajes mínimos.
El análisis también indica: “existencia de 38
puntos críticos en Trujillo Metropolitano como zonas altamente inundables por
efectos de lluvia que hacen vulnerable el sistema, por lo se debe considerar un
sistema de drenaje, mediante canalización a los sistemas de infraestructura de
riego que son administradas por la Autoridad Nacional del Agua (ANA).”
El estudio contempla la
necesidad de un presupuesto 19,5 millones de soles para atender todo el sistema
de mitigación para mejorar el sistema de agua, alcantarillado y realizar
inversiones nuevas, pero NADA de este presupuesto tenía como financiarse y los
directivos de la empresa debieron ejecutar las gestiones. Para todos es
bien conocido del manejo político que contamina la gestión SEDALIB ha llevado a indefiniciones
funcionales y las urgencias para atender estás necesidades fueron dejados de
lado. Y lo más preocupante aún, el Plan de Emergencias y Mitigación de Desastres (2015), aprobado por el Directorio y la Gerencia General de SEDALIB, donde se "juega" la vida y salud de la población trujillana, mínimo debe tener actas de simulacros de la ejecución, actas de supervisión y de levantamiento de observaciones y recomendaciones de puntos críticos.
Y una muestra de la nula gestión realizada para solventar el presupuesto del Plan de Emergencias es que el 25 de enero de este año se emite una Resolución de la Gerencia General de SEDALIB N° 016-2017 donde autorizan la adecuación de los estudios al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres y además plantean que la Planta de Tratamiento de Alto Salaverry debería ser administrada por SEDALIB; en otras palabras, "no puedo con lo que tengo, pero dame más."
Y una muestra de la nula gestión realizada para solventar el presupuesto del Plan de Emergencias es que el 25 de enero de este año se emite una Resolución de la Gerencia General de SEDALIB N° 016-2017 donde autorizan la adecuación de los estudios al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres y además plantean que la Planta de Tratamiento de Alto Salaverry debería ser administrada por SEDALIB; en otras palabras, "no puedo con lo que tengo, pero dame más."
Ello lleva a lanzar la
hipótesis, casi certera, que nada de lo recomendado en su Plan de Emergencias en el 2015, se tomó en cuenta.
Otras recomendaciones no tomadas en cuenta (Páginas 60 y 61)

- Ejecución de un sistema de
drenaje para evacuación de aguas de lluvia para cada localidad.
- Evacuación de aguas
estancadas por efectos de lluvias de los sectores altamente vulnerables (puntos
críticos) de Trujillo Metropolitano, recomendándose un sistema de
canalización
hacia la infraestructura de riego existente en coordinación con la Autoridad
Nacional del Agua (ANA).
- Se tiene en gestión y con ofrecimiento por parte del
Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, la implementación de un
pool de maquinaria y equipos con la finalidad de realizar acciones preventivas
y de emergencia.
- Ubicar e implementar nuevos centros de producción a
partir del acuífero subterráneo, (pozos, reservorios y líneas de conducción),
que permita suministrar agua en caso de un desastre, especialmente en las zonas
altas de las localidades al este de Trujillo Metropolitano y que son abastecidas
de la planta de tratamiento Chavimochic.
- Priorizar y ejecutar las
obras propuestas en el presente plan, porque permiten capacidad de respuesta en
el corto, mediano y largo plazo.
En resumen, podemos decir que
de nada sirven hacer estudios, planes o programas si al final todo queda
en blanco y negro, escrito para decir que han cumplido en proyectar pero que no tenían presupuesto cuando una gestión gerencial de una empresa de servicios, se le
debe medir por sus resultados y no por componendas o conveniencias políticas
que tanto daño le están haciendo, desde muchos años a tras a SEDALIB. Que podemos esperar además de los accionistas de la empresa si son los
mismos alcaldes cuyas decisiones, en sus jurisdicciones, tienen un carácter político
más de beneficio a sus poblaciones y el arrastre de los huaicos también se da en
su nulo accionar de prevención y a sabiendas, con hechos reales de 19 años atrás
que sucedió un desastre similar.
Buen informe mi estimado Gatito. Justo y preciso para la época.
ResponderEliminar